Publicidad y personas de la tercera edad

Un estudio de la Federación Mundial de Anunciantes (WFA) confirma que la edad es la forma más habitual de discriminación en la publicidad (“edadismo”).

Estamos acostumbrados a ver en publicidad a personas estereotipadas en función del producto. Parece que los mayores apenas son utilizados para vender audífonos o viajes del INSERSO.

Un estudio de Age of Majority, muestra que los prejuicios que más sufren los mayores de 55 años son la ausencia de habilidades tecnológicas, la debilidad física y la inferioridad mental. Sin embargo, la mayor parte tiene conocimientos tecnológicos, son activos usuarios de comercio electrónico y el 95% hace ejercicio de manera regular.

No obstante, en España en 2020 la renta per cápita de los mayores de 65 años era superior a la de cualquier otro segmento de edad. Y si vamos más allá, según el Informe “Séniors, la generación futura y presente” de Kantar Worldpanel, los hogares formados por mayores de 65 años dedican una media de 4.271 € al año a la cesta de la compra, 172 € más que el resto de la población. Además, los mayores de 65 suponen 29% del gasto en gran consumo.

Por lo tanto, ¿por qué obviamos a los “mayores”, a menudo, en nuestra publicidad?

Probablemente, la respuesta a esta pregunta tiene mucho que ver con los prejuicios mencionados, ya que la publicidad ha considerado durante años a los jóvenes como el “target perfecto”.

Puede que en esta situación podamos encontrar una oportunidad, ya que el poder adquisitivo y el cambio de los hábitos de compra de los “mayores” les hace un segmento muy apetecible y al que podemos atraer con nuestra publicidad.

Veamos algunos aspectos que debemos considerar en nuestra publicidad para llegar a las personas de más de 65:

Y como con cualquier público objetivo, recuerda que no se trata de vender el producto, sino los beneficios que tiene para el cliente.

Algunas marcas ya se han dado cuenta de que será difícil mantener su liderazgo o estabilidad en el futuro sin contar con el 50% de mayores de 50 años que conformará la población mundial en 2030. Algunos ejemplos son: